Sueñan con ovejas eléctricas

En mi clase esta noche jugamos un juego de acertijos. Es mi turno para llevar un objeto y empezar con una pista. Entonces, mis compañeros harán preguntas y tratarán de adivinar mi objeto. Decidí hacer tres pistas en pareados. Les daré uno a la vez.

Yo lo tengo, pero no es mío.
Tiene copias, también un tío.

Es como un espejo – mira.
Al rededor de un agujero, gira.

Las personas humanas son egocéntricas.
Las copias pueden soñar con ovejas eléctricas.

¿Qué es?

Por supuesto otras pistas son posibles, pero esta mañana no tengo tiempo para desarrollar rimas por ellas:

Ocurre en el futuro del pasado.
Es redondo.
Llueve mucho.
Hay figuras de origami.

(Es un DVD de la película Blade Runner que tomé prestado de la biblioteca pública. Podría haber confusión entre la forma y el contenido. Quiero que digan las dos cosas.)

Nota 1: en la primera versión de esta entrada de blog, escribí robotes aunque los seres son orgánicos. Unas palabras más precisas habrían sido androides (del libro) o replicantes (de la película), pero esos delatarían el juego. He decidido reemplazar robots con copias — jeje.

Nota 2: En la segunda línea, originalmente usé el verbo tiene. Pero no estoy seguro de mi elección de esta palabra. Me gusta tiene porque hace una estructura paralela con la primera línea. Contiene es más especifico pero también delata la respuesta más. Lleva es una palabra con muchos significados y esto es bueno en el contexto de un acertijo, pero no sé si es bueno decir que uno disco lleva una película. Al final, he decidido quedarme con tiene.

La respiración de una vida

Mi mamá sigue viviendo, pero siento que el final está cercando. Para ser claros, ella no tiene ninguna enfermedad inmediata, sino varias enfermedades crónicas. Sus ojos le fallan, su corazón es débil, y por eso su actividad es limitada. Además, me he dado cuenta de que su recuerdo de temas en una conversación no es tan fuerte como solía ser. Recuerda bien el pasado lejano, pero siempre se queja de que hoy en día tiene demasiadas cosas en la cabeza.

Porque siento que el final está cercando, se está deshaciendo de muchas cosas en su apartamento. No sólo su ropa y nuestra ropa de cuando éramos niños, sino también sus joyas, fotos de personas a que nosotros niños no conocen, su colección de tazas de té de lugares que visitó alrededor del mundo, iconos religiosos, incluso el bordado que hizo con sus propias manos. Todo está yendo a mis parientes, a una organización caritativa, y a su ayudante semanal. De hecho, cuando visito, el lugar no siente vacío. Pero me de cuenta de que no quiere dejar una carga a nosotros, sus niños, después de que ella fallece.

Tengo que hacer lo mismo. Este fin de semana hice un propósito para deshacerse de varias cosas cada día. No se puede aspirar solamente. También hay que exhalar.

La respiración de una casa

Cuando hablaba con mi vecina el jueves pasado, en un momento de nuestra conversación ella me mencionó que abre las ventanas de su casa para refrescar el aire. A ella le pregunté si es cierto que lo hace en febrero. Ella respondió que sí, incluso durante el invierno, a lo mejor es mi herencia escocesa.

También me gusta abrir las ventanas de nuestra casa, pero solo en el verano y por una razón un poco diferente. Para ahorrar dinero y conservar energía, no uso el aire acondicionado a menudo. En su lugar, abro las ventanas y las puertas en la noche, y las cierro cada mañana. Esto permite que el aire fresco de la noche reemplace al aire caliente del día. Siempre abro las ventanas en el primer piso, pero después de días especialmente calurosos también las en los pisos superiores. Esto causa una brisa a medida que el aire caliente se eleva a través de la casa.

En esta manera, la casa respira.

La respiración de una ciudad

Alrededor de nuestro barrio en Pittsburgh hay construcción. Al otro lado de la calle de la biblioteca local, el suelo es plano detrás de una valla. La escuela ha sido arrasada y la piscina también. Por eso,  la puente sobre las vías del tren, entre el parque a un lado, y la piscina y la biblioteca a otro lado, está cerrado. Ayer caminé por Penn Avenue para mi reunión de español. Desde han aparecido varias tiendas nuevas. En el sitio donde había un supermercado (Shakespeare Giant Eagle) y un gran estacionamiento, ahora hay construcción para un supermercado más grande (Giant Eagle Market District) y mucho más tiendas, incluso un Shake Shack. Un poco más lejos, ya he escrito sobre Forbes Avenue en Squirrel Hill.

Este nivel de construcción, sin embargo, no compara con el en mi nueva ciudad de Henderson. Si estoy fuera por unos meses, hay muchas nuevas estructuras: de hecho, demasiadas. Hay nuevas urbanizaciones enteras con casas, muros, calles, semáforos. Un mes veo topadoras en el suelo, el próximo veo un esqueleto de metal, después un almacén para Amazon. A ambos lados de una carretera, el suelo se aplana y los edificios se levantan.

La diferencia principal no es el nivel de construcción. Después de todo, la construcción es parte de la vida de una ciudad. A lo mejor es, para mí, la diferencia entre el crecimiento y el cambio. El crecimiento sí es emocionante, como el periodo de la adolescencia. Pero no se puede crecer sin fin. Si no hay fin, es un cáncer. Una ciudad madura tiene construcciones y también destrucciones. Se necesita las dos en un ser maduro, como la aspiración y la espiración. ¡No se puede solo aspirar!

En Pittsburgh, las nuevas estructuras reemplazan las viejas, llenando los vacíos. En Henderson, las estructuras reemplazan la naturaleza, bloqueando las vistas. La ciudad arrancó el césped. En nuestro parque más cercano, ahora mismo la ciudad está arrancando los árboles (afortunadamente en este caso reemplazamos con otros más resistente a la sequía).

Por supuesto, todas las ciudades jovenes tengo que crecer. Pero tiene que haber un final. En Henderson, no veo el final o, pues, un buen final. La clima es seca, el suelo es estéril, la temperatura es alta y está subiendo, pero todavía la naturaleza se convierte en ciudad. Para mí es una locura.

Por casualidad

¡Cómo mola conocer a amigos por casualidad! Esto sucedió dos veces en los últimos dos días.

Ayer llevé a mi familia a un restaurante llamado Taiwanese Bistro 33. Después, caminé por Forbes Avenue, disfrutando del clima perfecto y viendo tiendas familiares y nuevas, hacia la biblioteca para asistir a mis clases de español. Mi maestro bromeó diciendo que yo estaba en una cabina telefónica, o en una jaula como una mascota esperando ser adoptada. De repente, sentí que un desconocido me miraba a través de la puerta. ¡Era mi amigo mejor de la escuela secundaria Charles!, a quien le había escrito esa mañana. Nos abrazamos y después mis clases, caminamos y conversamos por una hora.

Anteayer por la tarde caminé hacia mi sucursal local de la biblioteca, por el parque lleno de la vida verde y de los jovenes jugando. Desafortunadamente el puente sobre las vías del tren estaba cerrado. Por eso, tomé un desvío y ¡me encontré con mi buena vecina Mary! con su nueva perrita Pickle. Es mi vieja amiga del autobús y del barrio. Nos pusimos de pie, luego caminamos, y conversamos por una hora y al final nos abrazamos.

He tenido contacto inesperadamente con otros amigos por correo electrónico. Por ejemplo, recientemente recibí mensajes de dos de la universidad, y de varios de mi primer trabajo. Además, he tenido contacto a propósito en persona. Mencioné reunirme con mi familia anteayer, y hoy me estoy reuniendo con hispanohablantes en Whole Foods y espero visitar por fin mi sucursal local, donde conozco a algunos de los bibliotecarios.

Aun así, es diferente conocer a amigos, cara a cara, por casualidad. Es un verdadero placer. Nada se puede comparar, es nada que se pueda comprar.

Fi fay fo fmm

A finales de marzo, me di cuenta de algo nuevo de la palabra película. Es una de las primeras palabras que aprendí en español, significaba movie en inglés. En ese momento no sabía por qué la palabra parecía tan diferente, era solo una palabra más para agregar a mi vocabulario.

En una clase hace dos meses, en el contexto de la comida se agria, vi la palabra película. No entendía por qué. El artículo se refería a ¿algo se podía ver en el cine? ¡Claro que no! La palabra española película se corresponde exactamente con la inglesa film. En cada idioma, puede significar una piel delgada, y por lo tanto también el material que captura imágenes en una cámara, y entonces esas imágenes animadas en un cine.

La inglesa film viene del proto-alemán fello, que viene del proto-indo-europeo pel. Por otro lado, la española película viene directamente de latín pellicula, el diminutivo de pellis, que también viene del mismo proto-indo-europeo pel. (Escribí anteriormente de como la inglesa pelt y la española piel vienen de pellis.)

El cambio del sonido al principio de las palabras, de pel a fello, es tan interesante. En griego antiguo, hay dos letras distintas: π (“pi” en inglés y español) y φ (“phi” en inglés pero “fi” en español). Usamos la primera para la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro, y la segunda para la relación entre la circunferencia y la radio. En griego antiguo, la diferencia entre las dos letras es π se pronuncia sin aspiración pero φ sí. Entonces estas pronunciaciones cambiaron, y hoy en día en idiomas como inglés y español, se dicen p y f. Esto es la culpa de los latinos antiguos, que usaron las letras “p” en lugar de π, y “ph” en lugar de φ.

Además, hay idiomas como tagalo en los que no hay diferencia nada entre las pronunciaciones de las dos letras. Por eso, el topónimo es Las Pilipinas en tagalo, Las Filipinas en español, y the Philippines en inglés. Y por esta razón, los tagálohablantes tienen un acento distinto.

Un poco más luz

Con mi madre muy a menudo hablamos de las mismas cosas: sus preocupaciones por la salud de mi padre, las pertenencias que está regalando, sus recuerdos de cuando era joven, las noticias actuales sobre mis hermanas y mis hijos y sus amigos, nuestros próximos planes para reunirnos.

Pero quiero estar sorprendido. Hay muchas cosas que no sé sobre su vida que aprendí solo recientemente. Por ejemplo, no sabía que mis padres habían tenido conversaciones serias sobre regresar a Filipinas cuando yo tenía unos cinco años. Al final decidieron no hacerlo, porque nosotros hijos sabíamos casi nada de la lengua y la cultura. ¡Qué diferente hubiera sido mi vida!

Como otro ejemplo, a ella le pregunté si sueña en inglés o en tagalo. Dormimos un tercio de nuestras vidas pero sabemos poco de este período. Me contestó que las sueños de su juventud son en tagalo, pero las sueños mas recientes son en inglés. ¿Quien sabe? Este es otro nivel de conocer un idioma, de vivir un idioma. No sé si alguna vez podré lograr eso.

Sé que ella consideró vivir en otros lugares, por ejemplo en Florida. ¿Pero hay otros lugares? Ha hecho muchos viajes. ¿Cuáles es sus favoritos y por qué? Comparte historias de sus parientes. ¿Qué son sus historias favoritas o icónicas? Debe saber que todavía tiene acento. ¿Puede hablar con un acento diferente cuando trata hacerlo?

Tengo que hacerle más preguntas así, para llevar un poco más luz a las sombras.

No soy súper nada

En el día cuando caminé del Albergue de Peregrinos de Briallos al Convento de Herbón, cuatro jovenes de Málaga me acompañaron. He perdido mis apuntes en una hoja de papel, porque tenía en la mano debajo de mi poncho. Iba a regresar cuando me encontré con ellos, a los que había visto por primera vez en mi primer albergue en Vigo.

El camino de ese día fue largo, pero fue parecía más corto con estos compañeros agradables. No había desayunado, así que Carlos me dio una empanada de atún. Uno de los Miguel necesitaba loción corporal, así que le di la mía. (El Camino proporciona.) Caminaban a mi paso, descansamos en momentos adecuados. Hablamos de trabajo y de dinero y de la vida, de frases españoles, como hay menos españoles en el Camino que de otros países. Hablamos de las cosas que nos recuerdan a nuestra infancia — ellos sentían curiosidad por Pop-Tarts, yo les pregunté de Cola-Cao y marcas del helado.

No me acordaba, pero anteriormente en un albergue, quizás en Pontevedra, había dicho que no tengo móvil. Por eso, me dijeron durante nuestra paseo que me habían regalado el apodo de súper peregrino.

Tuve que reírme. No soy súper nada. En el Camino de Santiago llevaba una tableta. Cierto, no tenía un plan de datos, y a menudo el Wi-Fi en los albergues no funcionó para mí. Por esa razón, tuve apuntes en una hoja de papel.

Ahora esa hoja está dispersa entre otras hojas, como nosotros peregrinos, dispersos en todas direcciones.

Remember the poplar tree

En una de mis clases antes de mis recientes viajes, vi un nueva palabra: álamo. Pregunté ¿Qué quiere decir? La maestra me contestó que es un tipo de árbol.

Como un tonto, me sorprendió mucho. Hasta ese momento, la palabra álamo estaba solo un topónimo, un grupo de tres sílabas para significar un lugar para recordar. No reconocí que es una palabra con su propio significado, no recordaba que el álamo tiene su propia identidad. Mencioné esto a mi maestra, pero es de Colombia y para ella, el álamo es simplemente una planta.  

De hecho, en mi vuelo de Madrid a Washington DC, por fin miré la película Oppenheimer. Es una gran obra de arte, lo mejor que he visto en varios años, excepto quizás Dune 2, que experimenté en todo un cine en lugar del respaldo de un asiento de avión. Me recordó mis miedos a una guerra nuclear cuando era niño, mi educación como científico, mis años viviendo en Nuevo México, el verano pasado paseando por el campus de la Universidad de Chicago.

De nuevo, como un tonto, me di cuenta del topónimo ¡Los Alamos es el plural de la palabra álamo! Significa un bosque de árboles. Es obvio en retrospectiva.

Tengo la excusa que las versiones gringas falta el acento: no se escriben como Álamo ni Los Álamos, pero es una mala. Sabía que el topónimo Los Angeles se refiere a los ángeles de Dios, incluso sin el acento. Sabía que es irónico que los dos topónimos Valle Verde Drive y Green Valley Parkway existen en Henderson.

A los gringos nos gusta dar nombres a lugares después destruir las cosas allí, pero eso es un tema para otro momento.

De verdad, debemos recordar El Álamo.

Cuántas veces y aun así

A bordo del vuelo nocturno anteayer, estaba sentado al lado de una pareja joven de unos veinte años. Habían venido a Las Vegas para ver a la banda Dead & Company en The Sphere.

Me gustan los fans del Grateful Dead. Tienden a ser amables and relajados, así como abiertos a nuevas experiencias. Les gustan compartir y aprender de los demás. Son sinceros y comparten un interés común.

Hablamos de The Sphere, The Dead, y la diferencia entre lugares para vivir y para visitar. Aprendí que este viaje de ida y vuelta fue su primero en avión. El joven me preguntó cuántas veces había estado en un avión.

¿Cuántas veces? No tengo ni idea. Este año ya han sido ocho veces — desde Las Vegas a Pittsburgh, a Toronto en el camino a Madrid, a Lisboa, desde Santiago a Madrid, luego a Dulles en el camino a Las Vegas, y de regreso a Pittsburgh. Docenas de veces. ¿Doscientos? No sé.

Aun así disfruto mirando por la ventana y la sensación de mi espalda presionando contra el asiento cuando despegamos.