Un camino (Día 3a) 29 de abril

Hoy mi plan es caminar de Pontevedra a la aldea de Briallos. La próxima parada natural para muchos peregrinos en mi situación sería Caldas de Reis aunque está un poco más lejos, porque es un lugar más grande, con varias opciones para alojarse y comer. Pero soy un poco diferente de otros peregrinos. Estoy decidido a quedarme en los albergues públicos siempre que sea posible. Llevo una mochila más pesada (unos diez kilogramos) que la mayoría de los demás, y tomo más fotos (es decir, “me detengo y huelo las rosas”) también. Además, estoy en el extremo sur de Pontevedra y, después la lluvia anteayer y mi desvío ayer, creo que yo podría aprovechar un día un poco más fácil. En fin, estoy solo, es mi decisión, y puedo cambiarla si estoy lleno de energía en Briallos.

Desayuno el arroz y los huevos revueltos de anoche. A las ocho todavía hay un hombre en su cama, mirando un video en su móvil. Le recuerdo que es hora de salir y me contesta maleducadamente. Me molesta un poco, pero él está en su propio camino.

Camino por el centro de Pontevedra y visito la catedral. Es una ciudad muy bonita. Camino por las afueras, también lindas, y entonces por el campo. Descanso fuera de una iglesia que comparte mi apellido y hablo un rato con cuatro filipinos. Me vuelvo a encontrar con ellos varias veces a lo largo del día, como me encuentro con otras personas de días anteriores. Una vez veo una puerta pequeña para pan. No sé si todavía se usa para ese propósito.

P4291616

Hay una variedad de terreno y paisaje. Uno momento estoy caminando al lado de vides, debajo de la rampa de una carretera …

P4291626

… al momento siguiente paso por delante de una piedra explicando que estoy en una ruta antigua romana …

P4291630

… y después del bosque, hay un señal con un buen sentido del humor.

P4291668

Hace un poco calor. Me apetece descansar a menudo, y descanso cada vez que quiero. No tengo prisa hoy.

Un camino (Día 2) 28 de abril

Salgo del albergue en Redondela antes de la madrugada. Cada día tengo un destino en mente porque no hay muchos albergues públicos en mi ruta. Mi meta de hoy es llegar a Pontevedra.

Al caminar cuesta arriba, conozco a un gato. Frecuentemente en Europa conozco a los gatos. Toda la ciudad todavía está durmiendo excepto este gato y unos pocos peregrinos. Noto una estructura vieja, pequeña y de piedra, sobre pilares, con una cruz en el echo. No entiendo para qué existe.

La ruta es fácil para seguir, mucho más que de ayer. He leído que hoy es el último día al lado de la costa, así que quiero aprovechar para pasar un rato cerca de ella. Por eso tomo un desvío hacia el agua, como un libro recomienda. Visito un cementerio con una vista maravillosa. Las tumbas me recuerdan a la tumba de mi abuelo que vi en las filipinas de niño y a un cementerio que visité en New Orleans. Hay mucha lluvia en estos tres lugares. 

P4281363

Después, pierdo el Camino. Camino sí por granjas lindas y las vistas son bellas, pero al fin debo admitirme que estoy un poco perdido. No mucho, porque mis pasos son en la dirección correcta… pero mi ruta termina en un estación de tren que parece abandonado. Decido caminar arriba lejos del agua, y después sigo una carretera. 

Con el tiempo veo un cruce peatonal designado para los peregrinos. Vuelvo a unirme al Camino y veo muchos peregrinos. Hoy mi experiencia parece más como el Camino de mi imaginación antes de hacer el viaje real. Camino por campos, carreteras, calles, granjas, aldeas, y bosques, subiendo y bajando colinas, tranquilo pero con gente. Creo que hay más gente porque anoche dos corrientes de peregrinos, de la Ruta de la Costa y de la Ruta Central, se juntaron en Rendondela.

Durante estos días de mi camino, encuentro a desconocidos y hablo un poco con ellos. Después, el siguiente día o más después, encuentro a ellos otra vez. Por ejemplo, un poco antes de cruzar este puente, conozco a una mujer que creció en Pittsburgh y vive ahora en Chicago.

P4281440

Por supuesto no todas las vistas de hoy son hermosas, pero tomo muchas fotos. El día es pintoresco, el clima es perfecto para caminar.

A pesar de esto, me preocupo un poco cerca de Pontevedra. Con todos estos peregrinos, ¿habrá suficiente espacio en el único albergue público de la ciudad? Ayer fui casi el último peregrino permitido alojarse. En mi prisa, echo de menos el Albergue Virxe Peregrina (su nombre en gallego) y tengo que volver. Al acercarme, veo a un hombre y me dice que no hay espacio. Mis hombros se desploman pero es un chiste maldito.

Estamos en el extremo sur de la ciudad, cerca de la estación de tren. Busco un lugar para comida y estoy emocionado de ver un supermercado Aldi. Sin embargo, es domingo, así que es cerrado. Hay un lugar de comida rápida turca, pero todas las fotos en el pared tienen carne. Hay una churrascaría pero creo que servir solo carne. Una tienda llamada “Autoservicio Xing Long” tiene tentempiés poco saludables. Me interesa un restaurante chino pero está cerrado entre las cuatro y las ocho de la tarde. ¡Qué español!

Vuelvo al albergue hasta las ocho. En el comedor, una pareja uruguaya me invita a jugar un juego de mesa. Es disponible de la tienda del albergue por solo un euro. Me dice que es el “Juego de la oca” con la tema del Camino de Santiago. Es un juego tradicional y él está emocionado de llevárselo a su hijo. Les digo que mi clase de español miró la película “La sociedad de nieve, y me dicen es una historia tan famosa en su país. Me dicen que mi acento es de España porque pronuncio “once” con ceceo. Les cuento la historia de Heródoto de cuando una ciudad en una fortaleza jugó durante una batalla porque les faltaba comida. Al final, comparte mate conmigo, enseñándome las tradiciones y costumbres. También me regalo una moneda uruguaya.

Ceno al restaurante chino Fu Li. Espero que “huevos revueltos con gambas” serán como “Egg Foo Young” pero es simplemente huevos revueltos. Con gambas. Por otro lado, el arroz frito con setas es tan delicioso. Vuelvo a la tienda china para comprar un impermeable (por fin).

En retrospectiva, apenas puedo creer que hayan sucedido tantas cosas y más, en un solo día.

Un camino (Día 1b) 27 de abril

Al caminar en la lluvia, por fin llego a un pueblo llamada Chapela donde hay tiendas abiertas. Paso por delante de una cafetería pero no paro. Busco algo, cualquier cosa, para mantenerme seco bajo la lluvia. Le pregunto a una cajero de una tienda pequeña si venden paraguas, pero no. Me señala a un supermercado solo a una cuadra de distancia. De pie mojado, le pregunto a la gente allí si venden paraguas, pero ellos tampoco. Me señalan a una tienda cerrada que abrirá a las diez, en solo un cuarto de hora.

Espero a que la tienda abra. No quiero ir a un restaurante ni bar ni cafetería. Solo quiero un paraguas o un impermeable. Pero la tienda nunca abre.

Cuando salgo del pueblo, una mujer mayor me mira y se ríe. No le entiendo completamente, pero entiendo que ella me está preguntando por qué yo camino ahora, cuando no habrá lluvia en la tarde. A ella le debo haber parecido más saco de tristeza que mochilero de habilidad.

En ese momento me faltan las palabras. Es mi primer día en el Camino de Santiago y no quiero rendirme tan fácilmente. Además, no soy un caracol, no tengo mi casa en la espalda, y no tengo ni reserva para esta noche ni para ninguna noche hasta el jueves. Mi plan fue “tomar la vida como viene” y ahora ha venido la lluvia.

Sigo caminando, sigo lloviendo. Veo unas cajas para pan afuera de algunas casas. Cruzo una rotonda de una carretera cerca de un gran puente colgante y camino por el césped. Afortunadamente no hay mucho tránsito. No tengo ni idea si todavía estoy en el Camino. Solo puedo esperar que sí, porque a menudo no ha habido letreros.

De repente veo un cafetería. Decido que necesito un descanso y una comida. Al entrar el lugar, estoy avergonzado de que estoy goteando agua. Pido un tostado con tomate y un descafeinado con leche. Trato de descongelarme los dedos alrededor de la taza.P4271251

Poco después, la camarera me dice que alguien en el bar ha pagado mi cuenta y no debo nada. Ella dice que no puede decirme quién, es un regalo.

Me anima mucho por este pan y esta bebida caliente. Lentamente mis dificultades desaparecen. Veo a otros peregrinos caminando afuera, y sé que ahora estoy en el Camino correcto. También veo el cielo está despejando y el sol aperece; la mujer tenía razón. Y este regalo de comida — en fin, al fin, he comenzado en el Camino verdadero.

Mis pasos se sienten más fáciles. Con el tiempo, veo a un coreano y su colega. Él fue mi vecino que roncó tan fuerte anoche, pero no digo nada de esto. Nos reconocemos y hablamos de nuestras vidas, y ellos me ayudan a encontrar el albergue público. Espero en un gran cola, compartiendo mi merienda con un neerlandés mientras secando mi cuerpo. Soy casi el último peregrino de hoy que puede alojarse en este albergue, que es un torre redondo en la ciudad de Redondela. 

A través de la rotonda del albergue, encuentro un bar. Le pido perdón al pulpo, un pariente de los caracoles. Son inteligentes también. Pero Galicia es famoso para el pulpo. Solo lleva sal, pimentón, y aceite de oliva. ¡Qué plato tan rico!

P4271296

Al final del día, voy de compras en un supermercado. Resulta que debería haber comprado más, pero esta historia es para otro día.

Un camino (Día 1a) 27 de abril

A pesar de que no había estado en un vehículo desde ayer, en mi mente el 27 de abril es el primer día verdadero de mi Camino de Santiago. Me despierto temprano para mí, pero casi todas las botas ya se han ido. Veo que todos los otros peregrinos son profesionales, están en medio de su viajes. Pero no yo, es mi primer día, y ya salgo tarde.

De hecho, tengo poca idea adonde voy a pie. Antes de hoy, pensaba que habría una oleada de peregrinos, así que yo solo los necesitaría seguirlos. Pero no hay arroyo, solo un hilo, porque es tarde para empezar. El único arroyo es la llovizna del cielo. Abandono mi plan de visitar la churrería que había visto anoche, llevo mi mochila hacia la catedral, y busco esos letreros famosos con una concha. A unos peregrinos les pregunto dónde está el Camino. Señalan con las manos y mi brújula está de acuerdo. Empiezo a caminar por la costa y las calles de Vigo.

P4271200

Hay pocos peregrinos en mi vista. Algunas mujeres solas, pero sería sospechoso acercarme a ellos. Pronto también estoy completamente solo. Ahora estoy en una carretera que sale de Vigo, caminando arriba. ¿Este es el camino correcto? Supongo que sí, la costa está a mi izquierda. Si no es el Camino, por lo menos es la dirección correcta, es decir, es uno de los caminos.

Lleva lloviendo duro un buen rato. Sigue lloviendo. Había visto los pronósticos de la semana pasada y antes, y el tiempo estaba despejado. No import. La hora es ahora. Me arrepiento de no lo haber comprado el impermeable en Decathlon ayer. No estoy simplemente mojado, sino empapado.

Caracoles aparecen en la acera. Tengo cuidado de no pisarlos. Pienso que los caracoles también están en sus propios caminos. La lluvia sigue viniendo. Los caracoles están seguros en sus conchas, sus coches, sus casas — pero no yo. Tomo un momento para ajustar mis pertenencias debajo de una marquesina del autobús. Incluso considero tomar un autobús. Vi a un par de peregrinos en uno. No los culpo. Pero eso no es mi camino.

Un camino (Día 0) 26 de abril

(Desde ahora, escribiré sobre mi Camino en el presente.)

Después de comprar el boleto ayer, tomo el metro desde Bolhão al Terminal de autobuses de Campanhã. Al principio del viaje en autobús, me doy cuenta de que no tengo la correa de mi muñeca derecha, en la que tengo una brújula y una linterna. Pienso que me han robado y recuerdo que hubo mucha gente en la estación de metro. A lo mejor una persona detrás de mí en el autobús ¿me ha robado? Ay, qué desastre. Unos minutos después, veo mi correa entre la ventana y la silla. El mundo es bueno, todo solo estaba en mi mente.

(Este es un asunto importante para recordar en el Camino además de en la vida.)

El autobús hace una parada corta en un pueblo llamada Valença do Minho (en portugués). No me doy cuenta de que el Río Miño defina la frontera entre Portugal y España. Además, no recuerdo que la zona horaria cambia durante este viaje, porque la ruta desde Porto y Vigo es una línea directa al norte.

(Gracias a Hitler y Franco, España comparte la misma zona horaria con Alemania.)

Me bajo del autobús en Vigo, delante de un centro comercial. Dos mujeres estadounidense hablan solo inglés y dicen que su Camino es por medio de un tour “bougie”. Dos mujeres europeas me preguntan de dónde conseguiré mi credencial para el Camino. Contesto que mi plan es visitar la catedral y, usando mi brújula, señalo en la dirección general.

(Esta resulta ser una pregunta importante.)

Pero en este momento, estoy emocionante porque hay un Decathlon ahí. En mi hostal al otro lado del río de Porto, otra peregrina había mencionado esta cadena de tiendas, describiendo como REI pero más barato. Voy a la tienda y miro los precios, especialmente para un impermeable. Decido que mi chaqueta es suficiente.

(Esta pronto resulta ser decision equivocada.)

Después de visitar un aseo, camino hasta al centro de Vigo, hacia la catedral. No obstante, la catedral está cerrada. Una vendedora me señala hacia una oficina de turismo. Camino allá pero un dueño de restaurante me dice que esta oficina ya no existe. Camino alrededor el centro y me reúno dos veces las dos mujeres europeas que también buscan un lugar de que conseguir credenciales. Camino lejos del centro y encuentro el albergue público, pero no se puede alojarse aquí sin una credencial. En este momento estoy cansado y tiene hambre, no quiero buscar más.

(Me encuentro en una situación sin salida, un “Catch-22”.)

Afortunadamente, el hostelero se apiada de mí. Él me permite alojarme si después le muestro mi credencial. Ahora que tengo un lugar donde alojarme, busco un lugar para comer. Almuerzo muy tarde con un hombre que acababa de terminar su último Camino. Después, asistimos a la Misa en la catedral. Después de la Misa, por fin, consigo mi Credencial del Peregrino.

P4261166

Compro una paquete de galletas “Filipinas” de una tienda y una pequeña hogaza de una panadería. En el albergue, ceno con provisiones simples de Madrid. Al ir a dormir, la habitación está completamente oscura. Me parece una tumba. Todos los otros peregrinos ya están durmiendo. El más cercano está roncando muy fuerte. Cierro los ojos, diciéndome a mí mismo (en inglés): “Todos vamos a morir. Todos vamos a morir. Ya estamos muertos. Ya estamos muertos.”

(Así termina el día antes de mi Camino.)

Un camino (Día -1) 25 de abril

Mi plan por el Camino de Santiago siempre había sido “tomar la vida como viene”. Sabía que quería caminar al menos 100 kilómetros para obtener una Compostela al fin del viaje, y tuve un vuelo el próximo viernes 3 de Mayo. Además, no quería que apurarme. Por eso, mi viaje a pie tuvo que comenzar el 26 o el 27 de abril.

Pero el 24 de abril todavía no sabía de dónde comenzaría mi camino. Estaba disfrutando la ciudad de Porto y también me sentía un poco cansado. Aprendí que el 25 de abril es el aniversario de la Revolución de los Claveles. Quería quedarme en Portugal for este evento. Así que reservé un hotel en Porto para la noche extra, mudándome de mi hostal extraordinario en Gaia.

Esa tarde, después de visitar Humana, paseé a un desfile informal, escuché canciones espontáneas en la plaza, y vi artículos hecho a mano con la imagen de un clavel. Todos los países deberían tener un día festivo cuando los ciudadanos marchan por las calles, agitan banderas por sus derechos, y corean “¡Fascismo nunca más!”.  Fue conmovedor.

Un camino (introducción)

Ayer mientras escribiendo de las cajas para pan enfrente de las casas en Galicia, me di cuenta de que no he grabado los eventos de mi Camino de Santiago en cualquier orden específico. Tuve energía para recordar durante el Camino, porque me tomé mi tiempo. Sin embargo, no me gusta escribir donde estoy, puede ser peligroso. Además, prefiero vivir el momento. Durante el viaje sí tenía pensamientos, pero las semanas habían transcurrido sobre ellos, revelando lo más destacado.

Por eso escribiré solo algunos de los aspectos más destacados de cada día. Revisaré unos apuntes, pero no trataré de describir todo. Enfocaré en los recuerdos más fuertes que se quedan en mi mente.

Primero, ¿cuándo empezó mi camino? Algunas personas dicen que es el momento en que sales de tu hogar. Pero ¿dónde es mi hogar? Mi hogar legal es en Nevada, esto es claro, pero un gran pedazo de mi corazón todavía es en Pennsylvania. De hecho, es separado en muchas partes. El lugar de nacimiento es Nueva York. De hecho, mi herencia es filipino. Al otro lado, se puede decir que mi camino empecé cuando llegué a Iberia, a Madrid. Otro punto de partida posible es Lisboa o, mejor, Porto. En mi hostal en Porto conocí a mucha gente que estaba comenzando sus caminos de allí o que acaba de terminar.

Vale, para el propósito de este blog, digamos que mi Camino empezó en la ciudad de donde empecé a caminar exclusivamente a pie. Esto es Vigo.

Superviviente de los supermercados

Estoy leyendo el libro The Secret Life of Groceries (La vida secreta de los comestibles). Es una descripción fascinante de como nuestra comida llega a la mesa. En particular, el libro se centra en el proceso después de las granjas y pesquerías, después de las plantas de fabricación y las de procesamiento, después de los intermediarios y los camiones. Entonces, es sobre la economía de los comestibles. Según este autor, cuando los comestibles están en un supermercado, ya no son ni animales ni plantas, pero todavía no son comida. Son solos productos.

Hay muchas cosas que aprender en la primera parte. Por ejemplo, el libro describe el nacimiento de compañías como 7-Eleven (originalmente un lugar en Tejas solo para distribuir hielo, después la invención de refrigeración), Aldi (austero y eficiente en Alemania por necesidad, poco después de la Segunda Guerra Mundial), y Trader Joe’s (innovador con marcas privadas, después de que 7-Eleven comprara el proveedor más importante en una region). También describe como la tecnología cambió la experiencia de la compra. Por ejemplo, la cartulina hizo posible marcas y publicidad. Además, la cantina en la Exposición Colombina en Chicago inspiró mercados de autoservicio como Piggly Wiggly y después supermercados como King Kullen, Big Bear, y Giant Eagle.

Con este libro en mente, recuerdo algunas experiencias de mi primer día en en Camino de Santiago el abril pasado. Andando bajo la lluvia, afuera de algunas casas noté cajas de metal montadas al lado de las puertas. Era un misterio hasta que vi una casa sin caja y había un pan en una bolsa plástica atada a un gancho. Me di cuenta de que las cajas son para pan! De hecho, más tarde presencié una entrega cuando un repartidor salió de un camión y llevó dos hogazas de pan a una casa.

Entonces y ahora, me pregunto como este panadería puede sobrevivir en un mundo de supermercados. En el pasado las lecherías entregaba leche, queso, y mantequilla, pero ahora no. Hoy en día los clientes se aprovechan las entregas de supermercados y de Amazon. Es un pequeño milagro que un negocio puede existir así. La situación actual me hace feliz al mismo tiempo que el futuro me preocupa, al menos respecto de esto.

A confiar en el proceso

Me falta un móvil. Pues, no tengo un móvil, pero la mayoría del tiempo, no me importa. A veces, cuando viajo a un lugar desconocido, me gustaría un mapa o direcciones. Pero esto no causa tantos problemas como se podría pensar.

Antes de un viaje a pie, en coche, o en transporte público, estudio un mapa y memorizo los giros. Durante el viaje, consulto la brújula que llevo en la muñeca. A menudo mi tableta puede decirme la ubicación por un chip que detecta movimiento o si hay un señal WiFi. Consulto mapas en un metro y señales en un autobús; nota puntos de referencia como montañas, ríos, y edificios; y pido ayuda a otra gente.

A veces me pierdo. Así es la vida. Se puede aprender más cuando se pierde. Pero no me pierdo muchas veces (es decir, no me aprendo mucho, al menos en esta manera). Es cierto, me perdí durante mi segunda día por el Camino de Santiago, después de que elegí un desvío. Por eso, pasé un rato al lado de una carretera desagradable. El año pasado me frustré en Tijuana cuando caminé en círculos después de cruzar la frontera, y porque las rutas no son diseñadas para peatones.

A pesar de todo, no quiero un móvil. Con una tableta y un portátil, tengo bastante tecnología. Con Google Voice y email, hay suficientes formas de conectar conmigo.

A veces una empresa, como un banco o LinkedIn, quiere el numero de un móvil físico para confirmar mi identidad. Evito empresas así. Solo me faltan los mensajes — las pendajadas, según mi amiga — de mi grupo de mis compañeros hispanohablantes en WhatsApp, porque tengo que confirmar mi identidad allí también. Esta mañana acabo de volver a esa comunidad.

Elige tu destino

Esta mañana regresé a Pittsburgh en un vuelo nocturno, mi segundo en una semana. Vuelo a menudo, diez veces ya este año, y es solo junio. Aquí hay algunos consejos para volar de manera agradable sin mucho dinero. Estos consejos son especialmente útiles para jubilados activos como yo.

Para ahorrar dinero (o puntos de fidelidad), lo más importante es ser flexible. Si ya sabes tu destino, es bueno ser flexible con la fecha. Trata de evitar las fechas cerca de los días festivos, las vacaciones de la escuela, y los fines de semana. A menudo los martes y los miércoles son los mejores.

Es aún mejor si solo quieres viajar en alguna parte. ¡Qué aventura! En este caso, puedes suscribirte a servicios gratis para encontrar gangas. Si vives cerca de un centro de conexión (buje), te recomiendo que te suscribas al boletín de esa aerolínea. En cualquier caso, te recomiendo los boletines de sus aerolíneas favoritas, con quien tienes puntos de fidelidad.

Si tienes un destino favorito, puedes crear alertas de precio con Google Flights. Entonces Google te mandará esa información directamente a tu buzón electrónico. Google Flights también es un servicio gratis, y es mi herramienta favorita para comparar vuelos en fechas distintas. Sin embargo, en general compro los boletos directamente con la aerolínea en vez de Google o otro servicio. Si hay problemas, es mejor poder comunicar directamente con la aerolínea.

Si quieres viajar a otro país, a menudo puede ser más barato comprar un boleto para un destino cerca de tu destino final. De ese lugar, puedes viajar a tu destino final. Muy a menudo los vuelos entre países en el mismo continente o zona son baratos. Además, es una oportunidad para explorar otro lugar. Una vez visité Paris de camino a Venice y Athens. Durante mi vuelo de regreso, visité Milan. Pero los vuelos de Paris a Venice, Venice y Athens, y Athens y Milan, todos fueron con aerolíneas regionales. Por cierto, este es un ejemplo de un “open-jaw” vuelo, en vez de ida y vuelto. Por este viaje, elegí este boleto por el horario. La conexión puede ser sí un vuelo, o puedes tomar un autobús o tren, o alquilar un coche.

Cuando estés listo para compara el boleto, recuerde que tiene 24 horas para cambiar de opinión y cancelar para obtener un reembolso gratuito, si el viaje comienza o termina en los EE. UU. Si obtienes el boleto con puntos, depende en las reglas de esta aerolínea. En mi experiencia, puedes recibir un reembolso completo si cancelas en cualquier momento antes del vuelo.

Con aerolíneas de descuento, hace poco me enteré de que es más barato comprar en el aeropuerto. Usé este método para comprar mi boleto para mi viaje más reciente. Mi boleto de ida y vuelta, entre Pittsburgh y Las Vegas, solo cuesta 58 dólares. Es mejor si tiene solo una maleta pequeña y no te importa qué asiento tengas.

En resumen, puedes ahorrar mucho dinero y vivir gran aventuras. ¡Elige tu destino!