Yo solía correr cada vez que había fuegos artificiales. De hecho, durante muchos años investigaba su ciencia. Asistí a una conferencia sobre este tema. Viajé con un amigo para recoger algunos equipos desechados de un facilidad del Ejército. Trabajaba con estudiantes de ingeniería química para desarrollar mi visión de fuegos artificiales en condiciones inusuales.
Estoy un poco triste de que ese proyecto no tuvo éxito. A lo mejor estoy más triste que los fuegos artificiales ya no son tan importantes para mí. La última vez que los he visto fue el año pasado, hace exactamente un año, cuando me paré en una azotea en la Universidad de Chicago. (De hecho, Chicago ha estado en mi mente porque hoy estoy mirando la serie “Dark Matter”; el octavo episodio ocurre en lugares alrededor de la universidad que yo frecuentaba.) En fin, esta noche no hice planes para ver un espectáculo destellando.
Pude oírlos afuera para la celebración del Día de la Independencia. Pero se detuvieron hace un rato por la lluvia. Ah, están empezando otra vez.
Gracias, Prometeo, por su regalo del conocimiento del fuego.