De maneras extrañas

En algunas de nuestras clases hemos estado viendo un video que se llama “Frailejón Ernesto Pérez y la Leyenda de La Gota Más Pura”. Me cae estupendo, especialmente la tema musica, que es adictiva.

En este contexto, la semana pasada mi maestro usó la palabra “desecar”. Hizo una pausa breve y comentó sin explicación que la palabra es un poco rara. Entendí por qué — es decir, “secar” y “desecar” significan casi lo mismo. El ejemplo clásico en inglés es “flammable” y “inflammable”. Los dos quieren decir “fácil de quemar”. En español hay solo una palabra por esto: inflamable.

Sin embargo, por lo general el prefijo “des” hace lo opuesto. He sabido “desayunar” es lo opuesto de “ayunar” — es como en inglés “breakfast” significan el fin (“break”) de un ayuno (“fast”). También en francés: “déjeuner” significan lo opuesto de un ayuno (“jeuner”).

Y aún así me sorprendí más tarde en la semana cuando aprendí el verbo “cansar” en Duolingo. Por supuesto ya sé el adjetivo “cansado/a” y el verbo “descansar”. Pero en mi mente no me di cuenta de que ¡”descansar” es lo opuesto a algo! Es obvio en retrospectiva.

A veces sí hago conexiones lingüísticas rápidamente, a veces no. La mente funciona de maneras extrañas.

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