Cuando hablaba con mi vecina el jueves pasado, en un momento de nuestra conversación ella me mencionó que abre las ventanas de su casa para refrescar el aire. A ella le pregunté si es cierto que lo hace en febrero. Ella respondió que sí, incluso durante el invierno, a lo mejor es mi herencia escocesa.
También me gusta abrir las ventanas de nuestra casa, pero solo en el verano y por una razón un poco diferente. Para ahorrar dinero y conservar energía, no uso el aire acondicionado a menudo. En su lugar, abro las ventanas y las puertas en la noche, y las cierro cada mañana. Esto permite que el aire fresco de la noche reemplace al aire caliente del día. Siempre abro las ventanas en el primer piso, pero después de días especialmente calurosos también las en los pisos superiores. Esto causa una brisa a medida que el aire caliente se eleva a través de la casa.
En esta manera, la casa respira.