¡Cómo mola conocer a amigos por casualidad! Esto sucedió dos veces en los últimos dos días.
Ayer llevé a mi familia a un restaurante llamado Taiwanese Bistro 33. Después, caminé por Forbes Avenue, disfrutando del clima perfecto y viendo tiendas familiares y nuevas, hacia la biblioteca para asistir a mis clases de español. Mi maestro bromeó diciendo que yo estaba en una cabina telefónica, o en una jaula como una mascota esperando ser adoptada. De repente, sentí que un desconocido me miraba a través de la puerta. ¡Era mi amigo mejor de la escuela secundaria Charles!, a quien le había escrito esa mañana. Nos abrazamos y después mis clases, caminamos y conversamos por una hora.
Anteayer por la tarde caminé hacia mi sucursal local de la biblioteca, por el parque lleno de la vida verde y de los jovenes jugando. Desafortunadamente el puente sobre las vías del tren estaba cerrado. Por eso, tomé un desvío y ¡me encontré con mi buena vecina Mary! con su nueva perrita Pickle. Es mi vieja amiga del autobús y del barrio. Nos pusimos de pie, luego caminamos, y conversamos por una hora y al final nos abrazamos.
He tenido contacto inesperadamente con otros amigos por correo electrónico. Por ejemplo, recientemente recibí mensajes de dos de la universidad, y de varios de mi primer trabajo. Además, he tenido contacto a propósito en persona. Mencioné reunirme con mi familia anteayer, y hoy me estoy reuniendo con hispanohablantes en Whole Foods y espero visitar por fin mi sucursal local, donde conozco a algunos de los bibliotecarios.
Aun así, es diferente conocer a amigos, cara a cara, por casualidad. Es un verdadero placer. Nada se puede comparar, es nada que se pueda comprar.