Hoy hace cuarenta años, mi álbum favorito de mi banda favorita fue lanzado: Reckoning. Me acuerdo de escuchar una canción misteriosa en la radio, como nada de lo que había escuchado antes, pero de alguna manera familiar: “So. Central Rain“. Sencillo pero contundente, zumbando pero melódico, corte pero lleno de añoranza. Hay letra, pero más para la sensación que para ningún significado o para ningún sentido.
Esto fue durante un época cuando no sabíamos el nombre de ni una banda ni una canción a menos que el DJ nos los contó. Solo más tarde, ese verano, cuando vivía en Seal & Serpent, pagando dieciséis dólares a la semana por una pequeña habitación, escuché todo el disco tocando en una tienda de discos. Me quedé quieto, escuchando todo el disco.
Me gusta el nombre “Reckoning”. Quiere decir varias cosas en inglés. Puede ser religioso — ajustar (El Día del Ajuste de Cuentas Final), o computar (El Día del Cómputo Final), o juzgar (El Día de Juicio Final). Puede tener que ver con navegación por estima. También es una palabra en el sur de los Estados Unidos que significa suponer o calcular.
No puedo creer que hayan pasado cuarenta años.