Hace mucho tiempo aprendí que el sufijo -on puede significar una aumentación o ampliación de la palabra original, el opuesto del sufijo -ito/-ita. Pero esto me ha causado mucha confusión. Para mí, la regla falla más a menudo de lo que funciona.
Por ejemplo, un ratón es menos grande que una rata. Un escalón es solo una parte de una escalera. Se puede decir que un cajón es como un caja grande, pero en mi mente de verdad es una parte de una caja más grande, una cómoda.
Vale, es cierto que un avión es como un ave grande. Un millón por supuesto es más grande que un mil — para ser exacto, es un mil miles. Para ser vulgar, tiene sentido que cabrón es una cabra grande, porque reconozco que ese animal es un símbolo de la infidelidad.
A veces hay una relación pero es difícil verla. Por ejemplo, pelotón tiene alguna relación con pelota, porque vienen del mismo raíz latino. En mi clase llevamos unas semanas aprendiendo sobre los frailejones, las plantas poco conocidos pero tan importantes para el medioambiente, y de hecho su nombre viene de fraile, un tipo de figura religiosa. Escribiendo esta entrada de blog, acabo de aprender de que ¡el boquerón tiene una boca bastante amplia! y recibe su nombre de esa característica. No me di cuenta de eso, porque pensaba que boquerón es solo un grupo de sílabas, que quiere decir los anchoas en vinagre. Pero es la verdad que esos pescados tienen bocas grandes en relación a su tamaño.
Supongo que “la regla de –ón” es como muchas reglas etimológicas. A veces nos ayuda a comprender y a recordar palabras. A veces nos confunde y, algunas de esas veces, podemos aprender más de otros temas. Seguir el rastro puede ser como viajar por un laberinto. Se puede encontrar vistas abiertos pero también callejones sin salida. ¡Ay, ahora hay otro! Un callejón es un calle pero en este caso es más pequeño, más estrecho.